¿Existe vida a la izquierda de la izquierda? Al menos alguien intenta que la haya, sin traicionar los principios, pero adaptándolos a los tiempos que corren. A Olivier Besancenot (Levallois-Perret, 1974) el experimento le está yendo bien en Francia. Puede presumir de haber sacudido el espacio electoral izquierdista al ganarse el voto de millón y medio de franceses en las últimas presidenciales. Un golpe de efecto del que anhela contagiarse un partido presentado ayer en Barcelona y Madrid que busca aglutinar a la extrema izquierda cara a los comicios europeos.
La crisis económica puede ser el acicate para retomar una lucha contra el capitalismo que la caída del muro de Berlín parecía dar por terminada a finales del siglo pasado. Se trata de recuperar fuelle para "cambiar el mundo de base y derrocar el sistema". Utópico o no, con esa semilla germina Revolta Global-Esquerra Anticapitalista. Los principios suenan a otras épocas, pero los oradores han cambiado mucho y las palabras están matizadas.
Sin etiquetas
El referente, Besancenot, es un mileurista que trabaja como cartero cuatro días a la semana en Neuilly-sur-Seine, una rica ciudad contigua a París de la que fue alcalde Nicolas Sarkozy. Se le conoce como "el cartero trotskista", conjugando su oficio con la ideología que parece pregonar. Parece, porque él huye de etiquetas. "No soy ni trotskista, ni guevarista ni luxemburguista (por Rosa Luxemburgo; soy un revolucionario". Precisamente para no etiquetarse decidió disolver la trotskista Liga Comunista Revolucionaria (LCR) que presidía para fundar el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), del que Revolta Global-Esquerra Anticapitalista es discípulo. "El anticapitalismo requiere de un movimiento internacional como el de, por ejemplo, los comunistas o los verdes".
Así lo defendió ante entusiasmados "camaradas" catalanes, quienes comprobaron su perfil joven y contestatario y el aire fresco que intenta imprimir a su revolución con 35 años y una cara de niño que a algunos les recuerda a Tintín. Eso sí, a diferencia de la ácida sátira que el personaje de Hergé hizo del comunismo cuando viajó al país de los Soviets, el lavado de cara que impulsa Besancenot incluye autocrítica. "La revolución precisa de ser reinventada, porque ningún experimento revolucionario ha tenido éxito. Muchos de ellos terminaron como caricaturas sangrientas".
En resumen, una revolución corregida y aumentada, pero permanente (como decía Trotsky) y ahora también internacionalizada (como dice Besancenot). "De ilusión también se vive", pensarán algunos. "¿Por qué no?", responde el NPA español en su lema electoral.
[Fuente: elperiodico.com]
La crisis económica puede ser el acicate para retomar una lucha contra el capitalismo que la caída del muro de Berlín parecía dar por terminada a finales del siglo pasado. Se trata de recuperar fuelle para "cambiar el mundo de base y derrocar el sistema". Utópico o no, con esa semilla germina Revolta Global-Esquerra Anticapitalista. Los principios suenan a otras épocas, pero los oradores han cambiado mucho y las palabras están matizadas.
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El referente, Besancenot, es un mileurista que trabaja como cartero cuatro días a la semana en Neuilly-sur-Seine, una rica ciudad contigua a París de la que fue alcalde Nicolas Sarkozy. Se le conoce como "el cartero trotskista", conjugando su oficio con la ideología que parece pregonar. Parece, porque él huye de etiquetas. "No soy ni trotskista, ni guevarista ni luxemburguista (por Rosa Luxemburgo; soy un revolucionario". Precisamente para no etiquetarse decidió disolver la trotskista Liga Comunista Revolucionaria (LCR) que presidía para fundar el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), del que Revolta Global-Esquerra Anticapitalista es discípulo. "El anticapitalismo requiere de un movimiento internacional como el de, por ejemplo, los comunistas o los verdes".
Así lo defendió ante entusiasmados "camaradas" catalanes, quienes comprobaron su perfil joven y contestatario y el aire fresco que intenta imprimir a su revolución con 35 años y una cara de niño que a algunos les recuerda a Tintín. Eso sí, a diferencia de la ácida sátira que el personaje de Hergé hizo del comunismo cuando viajó al país de los Soviets, el lavado de cara que impulsa Besancenot incluye autocrítica. "La revolución precisa de ser reinventada, porque ningún experimento revolucionario ha tenido éxito. Muchos de ellos terminaron como caricaturas sangrientas".
En resumen, una revolución corregida y aumentada, pero permanente (como decía Trotsky) y ahora también internacionalizada (como dice Besancenot). "De ilusión también se vive", pensarán algunos. "¿Por qué no?", responde el NPA español en su lema electoral.
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