· "Antes hubiese concluido: un departamento de ovnis cerrado, una tontería menos."
http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091210/53842248949/v-el-retorno-de-los-visitantes-gran-bretana-culturas-sant-pau-reuters-brasil-tdt-raf.htmlpor Quim Monzó
Tras más de medio siglo de existencia, el Ministerio de Defensa británico ha clausurado el departamento que investigaba los ovnis que se ven en aquel país. Costaba una pasta injustificable, puesto que, en cincuenta años, no han dado con ninguna evidencia de nada[Seguro, Quim?]. En los últimos tiempos, sólo había ya un oficial, que se encargaba de leer y escuchar los mensajes de los ciudadanos que explicaban que habían visto alguno. Los datos exactos los da un despacho de Reuters:
A partir de ahora, las amenazas extraterrestres serán controladas como cualquier otra amenaza[Lo extraterrestre no tiene por qué ser una amenaza, Quim] aérea: con radares y con los aviones de la RAF.
Es una noticia a la que, antes de octubre, yo apenas hubiese prestado atención. Hubiese concluido:
Pero hace dos meses saltó a la prensa la noticia de que Robert Llimós había visto un platillo volante. El pintor Llimós estaba en Brasil, en Fortaleza, pintando dunas. De pronto vio un platillo que se acercaba e intentaba hipnotizarle. Como sus ocupantes no lo consiguieron, lo escanearon. Finalmente vio a dos seres de ojos grandes y rasgados. Explica Llimós que, hasta ese avistamiento, a él todo eso de los extraterrestres no le interesaba. Mantenía la misma distancia escéptica que mantiene la mayoría de la humanidad, a excepción de Sebastià d'Arbó y algunos otros. Por eso a Llimós le debe de ser fácil entender que la gente dude de sus palabras. A propósito de Llimós, semanas atrás Juan Bufill escribió en el suplemento Cultura/s de este diario:
Eso es exactamente lo que nos pasa a muchos con Llimós. Yo, de alienígenas he oído muchas historias, pero siempre de boca de gente que me la repampinfla. Pero, caray, Llimós es Llimós, un grandísimo pintor y escultor, una persona inteligente. Con Llimós he bebido en más de una ocasión y de dos, en bares y en alguna fiesta, e incluso he comido con él (en el hotel España de la calle Sant Pau, por ejemplo), y no me parece un tarambana. Por tanto, si Llimós dice que ha entrado en contacto con ellos, me lo creo, por mucho que el Ministerio de Defensa británico haya decidido pasar definitivamente.
[Fuente: www.lavanguardia.es]Tras más de medio siglo de existencia, el Ministerio de Defensa británico ha clausurado el departamento que investigaba los ovnis que se ven en aquel país. Costaba una pasta injustificable, puesto que, en cincuenta años, no han dado con ninguna evidencia de nada[Seguro, Quim?]. En los últimos tiempos, sólo había ya un oficial, que se encargaba de leer y escuchar los mensajes de los ciudadanos que explicaban que habían visto alguno. Los datos exactos los da un despacho de Reuters:
"El portavoz del ministerio dijo que no habían encontrado pruebas de amenaza alguna contra Gran Bretaña, ni de la existencia de extraterrestres, a pesar de los miles de avisos de personas que dicen haber visto ovnis, tanto al teléfono directo del ministerio como al correo electrónico. Dijo también que no tienen opinión ninguna sobre la existencia o no de vida extraterrestre".
A partir de ahora, las amenazas extraterrestres serán controladas como cualquier otra amenaza[Lo extraterrestre no tiene por qué ser una amenaza, Quim] aérea: con radares y con los aviones de la RAF.
Es una noticia a la que, antes de octubre, yo apenas hubiese prestado atención. Hubiese concluido:
"Un departamento de ovnis cerrado, una tontería menos."
Pero hace dos meses saltó a la prensa la noticia de que Robert Llimós había visto un platillo volante. El pintor Llimós estaba en Brasil, en Fortaleza, pintando dunas. De pronto vio un platillo que se acercaba e intentaba hipnotizarle. Como sus ocupantes no lo consiguieron, lo escanearon. Finalmente vio a dos seres de ojos grandes y rasgados. Explica Llimós que, hasta ese avistamiento, a él todo eso de los extraterrestres no le interesaba. Mantenía la misma distancia escéptica que mantiene la mayoría de la humanidad, a excepción de Sebastià d'Arbó y algunos otros. Por eso a Llimós le debe de ser fácil entender que la gente dude de sus palabras. A propósito de Llimós, semanas atrás Juan Bufill escribió en el suplemento Cultura/s de este diario:
"Hasta hace unos días no había conocido a nadie que afirmara seriamente haber tenido contacto con alienígenas."
Eso es exactamente lo que nos pasa a muchos con Llimós. Yo, de alienígenas he oído muchas historias, pero siempre de boca de gente que me la repampinfla. Pero, caray, Llimós es Llimós, un grandísimo pintor y escultor, una persona inteligente. Con Llimós he bebido en más de una ocasión y de dos, en bares y en alguna fiesta, e incluso he comido con él (en el hotel España de la calle Sant Pau, por ejemplo), y no me parece un tarambana. Por tanto, si Llimós dice que ha entrado en contacto con ellos, me lo creo, por mucho que el Ministerio de Defensa británico haya decidido pasar definitivamente.
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